¿Por qué invertir en ciencia y tecnología?

El desarrollo de las sociedades depende del conocimiento y los avances en esta materia dependen de la inversión en el sistema científico-tecnológico. El porcentaje del PBI invertido en el área y el PBI per cápita son variables fuertemente correlacionadas, lo que justifica la necesidad de dedicarle mayores recursos a este sector.

 “Desde hace mucho tiempo, las sociedades más desarrolladas han comprendido que estamos viviendo en una sociedad del conocimiento y por eso invierten en ciencia y tecnología (CyT). El creciente bienestar y desarrollo humano de las sociedades depende del conocimiento y los avances en esta materia dependen de la inversión en CyT. Entendemos a la CyT como algo que permea todas las ramas del saber: desde las ciencias exactas y naturales a las sociales. La cura de enfermedades, la producción de energía —sin la cual no podemos vivir—, el cuidado del medio ambiente y la comprensión de nuestras sociedades depende de la CyT”, dice en un reciente trabajo que se hizo público, Andrés Kreiner, Doctor en Física. Docente e investigador CNEA-CONICET-UNSAM.

De América Latina, el país que más invierte en CyT es Brasil (aproximadamente el 1,1 % de su PBI), como parte de su estrategia para desarrollarse. Luego, viene la Argentina, que en el período 2002-2012 casi duplicó su inversión en CyT (pasó de 0,35 a 0,65) y también lo hizo su PBI (de 230.000 a 500.000 millones de dólares). Chile y la Argentina son los países de la región que mayor PBI per cápita tienen (14.900 y 12.300 dólares, respectivamente), pero aún están lejos de los llamados países del primer mundo. Después vienen países “intermedios”, como Italia y España, que alcanzan valores de 34.500 y 29.400 dólares de PBI per cápita e invierten aproximadamente 1,4 % de su PBI en CyT. En la cima están países como Canadá, Australia, Francia, Alemania y Estados Unidos, que invierten entre 2 y 3 % de su PBI y tienen un producto per cápita de entre 43.000 y 54.000 dólares.

Basta de fuga de cerebros

“A nivel local, -dice Kreiner- se debería invertir en sectores en los cuales la Argentina tiene tradiciones exitosas sin descartar nuevas opciones, fomentar y cuidar a las pymes como generadoras de trabajo calificado y bien remunerado, fomentar el mercado interno como dinamizador de la economía al ser consumidor de la producción local, sustituir importaciones, impulsar e incentivar la innovación tanto en nuestras instituciones de CyT y universidades como en las empresas, utilizar el gran poder de compra del Estado para apoyar a la industria nacional, utilizar plenamente la capacidad de nuestros profesionales y técnicos bien formados en nuestras universidades e institutos, y ocupar nichos a nivel internacional, entre otras acciones”.

Además, esta inversión en CyT tendría otros efectos altamente positivos: nuestros jóvenes (y también los no tan jóvenes) tendrían oportunidades y podrían realizarse plenamente desplegando sus potencialidades, talentos y mejores cualidades humanas aquí y se podrían sentir parte del desarrollo de su país. No tendríamos que vivir de nuevo una fuga de cerebros que exporte materia gris a países desarrollados que están ávidos de ellos.

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