Se licitó el 5 G. No todo es valorar lo económico

(Por Lic. Osvaldo Nemirosvci*). – Se licitó parte del espectro para los servicios 5G. Informan desde Enacom que el valor obtenido es de U$S 875 millones y observan que está por debajo de lo estimado recaudar que era un poco más de U$S 1.000 millones. Esto es un 20% menos de lo esperado.

Como bien subrayó el ministro Sergio Massa, no es poca cosa que, en tiempos de cierta confusión política y zarandeos electorales, recibamos inversiones concretas. También es cierto que las empresas adjudicadas Claro (se quedó con 100 MHz), Telecom (también 100 MHz) y Movistar (50 MHz), no hacen “beneficencia” y se llevan un buen producto comercializable y no lo pagan tan caro, respecto a las utilidades que obtendrán.

Quedan 50 megas sin licitar que también debieran tener un debate nacional para decidir y definir su manejo, ya que se ha descartado dejarlas para que ArSat participe, con su utilización en el mercado de la telefonía.

Es cierto que no hay muchas más alternativas comerciales que las participantes y hay que valorar que luego de adjudicada esa parte del espectro, las empresas deberán invertir, entre las tres, algo más de U$S 2.000 millones para asegurar la instalación, despliegue y ubicación de antenas y garantizar el tendido de fibra óptica que traslade y conecte.

Eso es trabajo, compra a pymes nacionales y demanda profesional para argentinos.

Eso significa desplegar infraestructura superior y nueva, a la ya instalada.

Muchas más fibra, miles y miles de small cells, que son esas celdas pequeñas como nodos de acceso de radio celular de baja potencia y que tienen un alcance de 10 metros a unos pocos kilómetros. En el caso de 5 G se estima que pueden estar cada 200 metros.

Ahora bien, es cierto que el 5G representa, mejoras en el ancho de banda y la latencia y eso ofrece velocidades muy superiores a las actuales en el transporte de dato y al funcionar en onda milimétrica y en frecuencias hiperaltas (entre 24 y 00 Giga Hz) cambia la calidad de la conectividad y la mejora.

El 5 G permitirá dar sostén a Internet, el big data, la telemedicina, la impresión 3D, la realidad virtual, la industria 4.0 y esto, sin duda, es una clave importante para la transformación digital de nuestra sociedad e incluso en el mejoramiento de las economías regionales.

Hasta acá un tema de ingreso de recursos y de potenciales acciones positivas.

No es todo, estimo yo, lo que debe valorarse en esta cuestión.

Este proceso de adjudicación no permitió que pusiéramos en debate, entre otras cosas, la tecnología china en 5G, que tal vez tenga mejor robustez tecnológica y un mayor desarrollo en su implementación. Pero no lo situamos en comparación.

El 5 G también se relaciona con la justicia social y la independencia económica. Y, sin caer en fraseología exagerada también hay que contemplar la soberanía comunicacional.

Y acá empezamos a ver cuestiones que nuestro pais debe resolver, ya que el espectro

radioeléctrico se considera un recurso extremadamente escaso y de un valor estratégico sin precedentes en el contexto económico y tecnológico actual. Y eso debe defenderse.

Y si hay que “liberar espectro” (esta licitación ya lo liberó) para 5G y esto puede hacer que se limiten las posibilidades técnicas de la radiodifusión, tanto en su forma de televisión abierta como en radios y eso perjudica a la gratuidad que estos medios tienen y es el último recurso que van quedando a quienes no pueden vincularse en forma paga a lo audiovisual, o viven en regiones alejadas donde solo llegan las ondas hertzianas gratuitas y no los cables ni los satélites. Y debemos observar si esta adjudicación colabora o perjudica la lucha contra la brecha digital donde conviven la exclusión y los incluidos valorados en función del recurso económico que dispongan. Y como juega el 5G en la innovación tecnológica con aprovechamiento social y que las Tics se usen con cierta justicia, presencia estatal, impulso educativo y estímulo económico público y privado para que sectores marginados atraviesen fronteras y pasen desde la exclusión digital al mundo de los incluidos. Desde todo esto también debe evaluarse el 5G y su desarrollo.

No sabemos si las cláusulas de licitación incluyen auditorías estatales de ciberseguridad que justiprecien toda novedad que se incorpore a las redes.

Y deberíamos ver como estimular con el 5G la virtuosa alianza del sector estatal, los privados, el capital social, la Academia y las Universidades como espacio común de impulso y acrecentamiento del sector.

Y finalmente, ya que la adjudicación del espectro es por 20 años y pensando que ya está habilitada en nuestro pais la banda de 6GHz (en el rango de 5925 a 7135 MHz) para servicios Wifi, conocer con proyección tecnológica, como convivirán y se complementarán, sabiendo que hoy se estima pueden coexistir con los servicios de enlaces fijos existente y que esta banda de 6G se usará más para mejorar la calidad del Wifi y alentar la economía del conocimiento y si bien hoy se utiliza para enlaces satelitales, bien podría ocurrir en el futuro cercano cierta intromisión de una en otra y confusión de usos y aprovechamientos. Algunos impulsan reservar el 50% de la banda de 6G (no paga licencia) para los futuros servicios de 5G. O sea, pasar de algo gratuito a lo comercial.

Y desde esto, y con este sostén filosófico y político, desarrollar la tecnología de Quinta Generación, ya que como se ve, no todo pasa por el valor dinerario de una licitación.

*Diputado nacional MC-Río Negro

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